Surge
de un sector humilde de la población y llega ser un personaje de importantes
logros en el ejercicio de su profesión de abogado penalista. Esto se debe a su
formación como tal en Italia al lado del profesor Enrico Ferri; éste insigne
jurista era un representante ilustre de la escuela positivista del Derecho.
Con
su capacidad oratoria, Gaitán fue un victorioso defensor en los estrados
judiciales porque, en ese entonces, el juzgamiento penal se hacía a través del
jurado popular; compuesto éste por personas del común que era sensible a una
oratoria de tinte emotivo y Gaitán aprovechó esa situación en sus defensas.
Impregnado
ideológicamente por el positivismo jurídico que era efecto de las tesis
socialistas, Gaitán incursionó en la política en forma independiente fundando
un movimiento al cual le colocó el nombre de Unión Nacional Izquierdista
Revolucionaria -UNIR-, como una respuesta al desprestigio del liberalismo en el
cual había puesto su esperanza política. Sin embargo ese intento no le prosperó
y, pronto, volvió a las toldas del partido liberal. Así describe ese proceso
ideológico y político el profesor Gerardo Molina en importante estudio de
"Las Ideas Liberales en Colombia":
"…pronto
liquidó aquel ensayo autónomo y volvió al viejo partido, convencido de que allí
estaban los efectivos humanos que le permitirían llevar a los hechos todos sus
designios; pero "el gaitanismo" seguía actuando como una cauda,
irrestrictamente ligada a la persona del caudillo. Pocos años después concibió
el proyecto asombroso de convertirse en el adalid de los pobres, cualesquiera
que fueran su filiación política y su fe religiosa. Su afirmación de que
"el hambre no es liberal ni conservadora", apuntaba en esa dirección.
Fue esa la concepción realmente revolucionaria de Gaitán". (Las Ideas
Liberales en Colombia- de 1935 a la iniciación del Frente Nacional- tomo
III-ediciones tercer mundo-segunda edición-. 1978-Bogotá).
Las
multitudes, sin distingos de signos políticos ni religiosos, son la materia
prima del caudillismo cuya estructura manifiesta es el discurso populista. Son
las necesidades más sentidas de esas masas el objeto de la proclama ferviente y
ardorosa del líder político; esta es una ley social universal porque representa
el poder inmenso de la palabra; el ser humano es, sustancialmente sensible a la
palabra porque responde a su propia esencia, a su carácter de Ser Social del
mismo. La palabra es un instrumento de poder y el de mayor efecto al
presentarla ante multitudes en capacidad de recibirla. Así fue como Gaitán ganó
importantes casos en sus defensas penales en el foro judicial, como dijimos
antes. Y esa misma oratoria inflamó el sentimiento popular; en el primer caso
defendía una causa personal y en el segundo una causa social que las inmensas
mayorías populares de Colombia exigían; el blanco era la casta oligárquica
liberal-conservadora y, ese blanco lo era, también, del pueblo en general; por
ello, Gaitán era el sujeto esencial de esa contradicción: pueblo-oligarquía y
por ello su proclama terminaba siempre: "Contra la oligarquía, a la carga,
contra la oligarquía, a la carga, contra la oligarquía, a la carga". Con
esta consigna y discurso, ha sido el político de mayor impacto que ha existido
en Colombia; fue por ello que su muerte inició un período aciago del pueblo
colombiano denominado como "la violencia", dentro del cual se calcula
fueron sacrificados alrededor de trescientos mil colombianos.
Y
por ser su posición de carácter caudillista fue que la violencia que desató su
muerte, fue una violencia de instinto y no de raciocinio.
Con
la muerte de Gaitán se cierra un importante período de nuestra Historia pero
deja de existir esa clase de caudillismo. La enseñanza que debemos asimilar y
difundir es que solo lo colectivo puede ser eficaz en la búsqueda de una
sociedad superior a la actual.
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