lunes, 13 de febrero de 2017

Superar los Odios, Generando Confianza en el Camino de la Reconciliación



Julio E. Higuera
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos

Con la concentración de los guerrilleros de las FARC en las 26 zonas veredales acordadas con el gobierno nacional, en los diálogos de la Habana, dando inicio al proceso de desmovilización, dejación de armas y el reintegro a la vida civil de los miembros de las Farc, convirtiéndose en partido político para el ejercicio de la política desde la legalidad; el inicio en la fase publica de los diálogos con el ELN, despejan el camino para alcanzar la paz y reconciliación de los colombianos, mediante el dialogo y el entendimiento entre diversas posiciones e intereses de la sociedad a partir de ser tolerante con las diferentes formas de pensar y actuar, como principio básico para superar el conflicto .

Una vez finalizada la concentración de la totalidad de los guerrilleros en las zonas veredales, se iniciara la fase de entrega de las armas al Mecanismo de Monitoreo y Verificación de las Naciones Unidas, culminando con una larga etapa de guerra y dolor en la que nos vimos involucrados los colombianos e iniciando un nuevo capítulo, que es aún más difícil y con grandes desafíos como es la construcción de la paz definitiva, a partir de abandonar los odios, rabias y deseos de venganza por el dolor causado,  entendiendo que la reconciliación nos ayuda a superar la guerra y avanzar hacia una sociedad no solo tolerante, sino capaz de superar los rencores que deja el conflicto, más comprometida con el bienestar y convivencia pacífica de los colombianos.    

El reto es generar confianzas entendiendo que con el solo desarme de los actores armados, no estamos alcanzado la paz definitiva; se requiere que los colombianos desmontemos los odios existentes y entendamos que solo perdonándonos y reconciliándonos, vamos a superar la guerra, sin que esto signifique olvido y renunciar a la legitima reparación  de las víctimas. La reconciliación es un  ejercicio de mucho tiempo, pero en la medida que entendamos que es el mejor camino y no caer en la trampa de quienes perversamente nos quieren hacer creer que la solución al conflicto es la continuidad de la guerra hasta exterminar a nuestro contradictor; sin medir las consecuencias humanas y el dolor que puede seguir generando la insistencia de la solución violenta al conflicto armado.

Pese a las dificultades que se han presentado en la implementación de los acuerdos con las Farc e inicio de la fase publica de los diálogos con el ELN, no ha sido motivo para que las partes pierdan confianza y optimismo en estos proceso para poner fin a más de 60 años de conflicto armado, pero requiere de un mayor acompañamiento de la ciudadanía, en el entendido que solo construyendo una cultura de paz y reconciliación, se genera confianza de los procesos en marcha. No es fácil, pero no imposible lograrlo, si superamos y sanamos las heridas dejadas por la guerra; en el entendido que la reconciliación no se impone, sino que es un proceso largo, empezando por desarmar el lenguaje, la estigmatización y la intolerancia contra quienes le apuestan mediante el dialogo poner fin al conflicto armado y alcanzar la paz definitiva.