Julio
E. Higuera
Politólogo
El proceso de paz en Colombia, ha
recibido el reconocimiento y respaldo internacional, abriendo un nuevo
escenario para la participación y expresión política de los miembros de las FARC,
para que mediante la fuerza de la palabra y no de las armas, puedan exponer su
propuesta de proyecto político a los colombianos. Debemos, recibir con respeto
toda opinión que emane de sus dirigentes, más allá de que coincidamos o no con
ellas, porque esas son las posibilidades que nos brinda la democracia participativa,
así como el derecho constitucional que tenemos los ciudadanos de participar en política y de expresarnos libremente.
Las
recientes declaraciones del Jefe máximo de las Farc Timoleón Jiménez, en las
que manifiestan su respaldo a la revolución Bolivariana, al gobierno de
Venezuela y su Presidente Nicolás Maduro, son legitimas y coherentes con su
pensamiento político y modelo de estado al que aspiran. Pero lo que es inamisible
e inaceptable es el reclamo del señor Luciano Marín, Jefe de la Comisión
Negociadora de las Farc, de reclamarle al Gobierno del Presidente Santos, por
lo que él considera ¨La Ingratitud del Gobierno Colombiano, para con el
Presidente Maduro¨, a raíz de los últimos acontecimientos de crisis reinantes en
ese país hermano; así como las opiniones y alianzas de figuras prestantes de la
oposición venezolana, con sectores políticos colombianos que se oponen y atacan el desarrollo del proceso
de paz en nuestro país.
El
respaldo internacional y el acompañamiento de los países garantes, a las
conversaciones de la Habana, ha sido reconocido y valorado altamente tanto por
el Gobierno Nacional, como por el conjunto de los colombianos que apoyamos y
hoy celebramos el fin del conflicto; pero entendemos que ese apoyo internacional
surge por el deseo y compromiso de los gobiernos y organismos del mundo de
aportar a la construcción de un acuerdo de paz que pusiera fin a más de 50 años
de conflicto armado en nuestro país, sin ningún tipo de condicionamiento o de respaldo
a esos gobierno o al modelo de estado que proponen; así como no podemos
condicionar o entrar a descalificar la decisión de la Farc, de brindarle su
pleno respaldo al Presidente Nicolás Maduro y a la forma como está enfrentando
la crisis social y política que afronta.
El
manejo de las relaciones internacionales, es responsabilidad exclusiva del
Presidente de la Republica y de su Canciller Maria Ángela Holguín. Pero de
igual manera todos los estados miembros de organismos internacionales como la
ONU o la OEA, entre otros, tiene la obligación de velar para que las crisis
internas de los países miembros, sean solucionadas por la vía del diálogo entre
las partes, brindando plenas garantías de respeto a los derechos ciudadanos, a la
libre expresión y movilización pacífica de quienes difieren de las medidas políticas
y económicas implementadas por quienes ostenta el control del poder político.
La solución
a la crisis en Venezuela, es una decisión que solo los venezolanos deben asumir,
sin ningún tipo de interferencia política externa y pasa por la necesidad de construir
nuevos escenarios para que tanto el
gobierno, como los voceros de la oposición busquen salidas a la crisis, pasando,
necesariamente, por la reconstrucción política y del tejido social del país,
con la convocatoria de elecciones generales transparentes, con plenas garantías
para todos los sectores políticos y de la sociedad, para que en ese escenario
los ciudadanos, como constituyente primario, decidan el rumbo que debe tomar
eses país, ofreciéndole a los venezolanos una calidad de vida más digna y con plena
garantía de respeto a los derechos humanos, avanzando hacia
la reconciliación y convivencia ciudadana.