Julio
E. Higuera
Politólogo
Que Timochenko va a ser el
próximo Presidente de Colombia, que le van a reducir las mesadas a los
pensionados para subsidiar los sueldos de los desmovilizados de las Farc, que
Colombia va hacia un modelo Castro-Chavista, en la que el Gobierno está
negociando el modelo de Estado, planeando abolir la propiedad privada; son
parte de la cantidad inverosímil de calumnias, desinformación, mentiras y
propaganda negra, con que los enemigos del proceso de paz, impulsan la campaña
del NO a la refrendación de los acuerdos.
Es tal la obsesión de los partidarios
del NO, que se convierten en mentirosos compulsivos, con el solo propósito de
ganar adeptos a su movimiento.
Bienvenidas las críticas a los
Acuerdo de la Habana, o a oponerse a la Refrendación ciudadana con el SI a los
acuerdos; pero siempre y cuando los argumentos que sean expuestos correspondan
a la verdad, como resultado de un análisis juicioso y responsable del documento
que contiene el Acuerdo Final.
Lo que el país no puede
aceptar, es que los mitómanos* del
NO, sigan conduciendo a una parte de la población por el camino del temor con
descabellados argumentos, sin querer entender que después de 60 años de una
guerra que deja más de 6 millones de víctimas, entre muertos, heridos,
mutilados, desaparecidos y desplazados, hoy tenemos la gran oportunidad irrepetible
de cerrar un largo capítulo de violencia que nos ha marcado durante muchas
décadas.
Los colombianos no podemos
seguir acostumbrándonos al conflicto; en que nos parece mejor la certidumbre de
la guerra, con los muertos que colocarán seguramente otros compatriotas,
especialmente en las regiones más apartadas, pobres y campesinas del país, alimentando
los odios contra quienes consideran sus enemigos; que afrontar la incertidumbre
de la paz, en la búsqueda de la reconciliación nacional.
Contrario a lo que opinan
los contradictores de los acuerdos con la Farc; el plebiscito es un mecanismo
mediante el cual los colombianos, votando por el SI, manifestaremos el rechazo
a la utilización de las armas, como instrumento político, enviándole un mensaje
claro y tajante a las organizaciones guerrilleras, que persisten en la lucha
armada, para que abandonen esa práctica, liberen a los secuestrados y tomen el
camino del dialogo para poner fin a sus acciones criminales.
Los colombianos debemos ser conscientes
que poner fin al conflicto con las Farc, es una paz relativa, pues no puede
haber paz definitiva mientras persistan otros actores de la violencia; pero por
tratarse de un acuerdo con la organización guerrillera más antigua y con mayor
trayectoria y capacidad bélica para hacer daño en el país, es el avance más
importante, durante los últimos 40 años, en la búsqueda de la paz y la
reconciliación.
La decisión que ahora se nos
viene, con nuestra participación en el plebiscito, exigirá que actuemos con
responsabilidad y sensatez, informándonos bien, antes de tomar una decisión
definitiva, que seamos capaces de estar a la altura del momento, pues en
ultimas estamos definiendo el futuro de nuestro país y de las nuevas
generaciones de colombianos durante el presente siglo, como es dejar una
Colombia en paz y reconciliada.
* Para
los psiquiatras la Mitomanía,
es un término aplicado para
nombrar el comportamiento de los mentirosos compulsivos o habituales.