viernes, 21 de junio de 2013

Dialogo Social Principio Rector para una Gobernabilidad Democrática

El diálogo social en sentido estricto, se entiende como la relación de comunicación, incluyente, de consulta y concertación entre los gobernantes y la ciudadanía; es decir es una relación horizontal, entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil, (llámense, sindicatos, asociaciones, grupos, comunidades, empresarios, etc.), con el fin de abordar conjuntamente los problemas sociales y contribuir a elaborar soluciones fundadas en el consenso.
 En el caso del sector laboral, por ejemplo, la concertacion social alude al diálogo social tripartito entre el gobierno, los empleadores y los sindicatos, mientras que en la negociación colectiva el diálogo social es bipartito entre empleadores y trabajadores.

El diálogo social está fundamentado sobre la idea de que, en determinados casos, para una sociedad es más beneficioso que el Estado abandone su estatus de superioridad sobre las organizaciones de la sociedad civil, para comportarse como un actor social más, en el mismo nivel que el resto, con el fin de negociar y alcanzar un consenso compartido entre los diferentes actores sociales, incluido el Estado. De este modo los actores sociales y el propio Estado quedan obligados, no por una ley del Estado sino por un pacto social.

Para Jürgen Habermas, el Diálogo Social es definido como la expresión y la interacción comunicativa, en el que los actores sociales pueden conocerse, confiar mutuamente, acostumbrarse a compartir información, consultarse y hace posible llegar a un entendimiento y acción conjunta de los actores, permitiendo construir la integración social desde el saber practico y moral.

El diálogo social presupone un proceso de toma de decisiones no autoritario, abierto, público y compartido, y sujeto a crítica, en un entorno en el que los actores, los grupos, las partes, no actúan sin comunicarse previamente con los demás en cuestiones que puedan afectarlos. Esto quiere decir que la base del diálogo social es la información que los distintos actores sociales se proveen mutuamente, así como la consulta con los interlocutores previa a la realización de actos que pudieran afectarlos. Obtener información de los actores sociales y de ser consultado por ellos es un derecho básico de todos los participantes.

El diálogo social es el mecanismo básico para la implementación de la democracia participativa. Esta última concibe la democracia como un mecanismo de participación directa de las diversas organizaciones de la sociedad civil en la toma de decisiones, mediante mecanismos de diálogo social y consenso. En la incorporación de los principios de democracia participativa, escenarios como los presupuestos participativos, audiencias sociales, procesos de rendición de cuentas y de control social ciudadano, permite la actuación de diversos sectores de la sociedad y el Estado, intercambiando información y estableciendo acuerdos concertados.

Para la Vicepresidencia de la Republica, uno de los pilares fundamentales en su gestión de gobierno, es el Dialogo Social, como un espacio para construir acuerdos, para la prevención y resolución de conflictos sociales, aunar esfuerzos para lograr disminuir la inequidad social, la discriminación y para la inclusión de todos los sectores de la sociedad colombiana, la concertación entre los diferentes actores sociales, políticos y económicos para lograr una sociedad más cohesionada y en la que los asuntos en materia social en el marco del respeto integral de los derechos humanos, sean ampliamente escuchados y atendidos por las diferentes instancias del Estado, dotando a los ciudadanos de poder decisorio y veedor respecto a la cotidianidad tanto de su propia comunidad, como del accionar del poder público.

 La construcción de una democracia eficiente y participativa hace inevitable un conjunto de capacidades necesarias para mantenerla viva y avante; este conjunto de capacidades comprenden la capacidad de resolver conflictos en forma pacífica, la capacidad de cooperación que trascienda la barrera del partidismo político, la capacidad de desarrollar una agenda incluyente para la acción y la capacidad de participación ciudadana.

JULIO E. HIGUERA
Politologo