Julio
E. Higuera
Ariel Avila, investigador de
la Fundación Paz & Reconciliación, percibe como trágico el futuro de los
sectores independientes y de izquierda, de cara a las elecciones del 2018. Las
razones que expone entre otras son, los crímenes contra líderes sociales y
desmovilizados de las Farc que genera temor en la población, en sectores
sociales y de izquierda de que se repita los trágicos acontecimientos de
extermino como los ocurridos contra líderes de la UP; así como los egos
reinantes entre los aspirantes a la Presidencia, las descalificaciones mutuas
que acrecientan las diferencias y la división reinante dificultando la
posibilidad de un acuerdo de unidad, dando al traste con la posibilidad de
convertirse en la alternativa que el país reclama.
Históricamente,
la presencia de los sectores políticos de izquierda en la dinámica política del
país se ha desarrollado en medio de las diferencias por principios ideológicos
y de lucha por su posicionamiento en los procesos sociales y del sindicalismo
colombiano. Los mejores momentos de participación en procesos electorales, de
estos sectores, ha sido con el surgimiento de la Unión Patriótica, como
resultado de la Tregua pactada entre las Farc y el Gobierno en 1986, en las que
el candidato presidencial Jaime Pardo Leal, obtiene el 4.6% de la votación y
una importante representación en el Congreso, con 8 parlamentarios. La AD-M19 alcanzo el 26% de los votos,
en las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, y el
candidato del Polo Democrático Alternativo Carlos Gaviria, alcanza el 22% en
las elecciones presidenciales del 2006, siendo la más alta votación obtenida
por la izquierda en su historia.
En
los últimos años se han logrado importantes avances electorales con una
significativa representación en el Congreso de la Republica que les ha
permitido asumir una oposición seria, ejerciendo el control político basados en
los principios de transparencia y lucha contra la corrupción.
Las
condiciones actuales de postconflicto, con un país polarizado entre sectores de
extrema derecha, que tienen como propósito hacer trizas los acuerdos de paz y
quienes se mantienen en la defensa de los acuerdos de la Habana y la
reinserción a la vida política y social de los miembros de las Farc; los
escándalos que han puesto al descubierto los alcances de la corrupción, que
permeo a las esferas de la justicia y las altas cortes, en lo que se ha
denominado como el cartel de las togas; así como a los partidos políticos y
sectores empresariales entre otros; creó un nuevo escenario en la que proyectos
alternativos independientes y de izquierda están liderando las encuestas de
opinión hacia las elecciones presidenciales del 2018, con propuestas dirigidas
a recobrar la ética, la moralidad y la transparencia en el ejercicio de la
función pública.
Pero
la división reinante en esos sectores políticos, pueden conducirlos a un
debacle electoral, permitiendo la llegada, nuevamente, de la extrema derecha a
la Presidencia de la Republica colocando en grave riesgo la implementación de
los acuerdos de paz; así como de los avances en los diálogos con el ELN.
Las posibilidades de ganar o pasar a segunda vuelta en la
próxima contienda presidencial, no se vislumbran nada fácil para los sectores
independientes si insisten en llegar divididos a primera vuelta con candidatos
propios, descartando la posibilidad de una coalición amplia de unidad;
repitiéndose nuevamente la historia de procesos anteriores en los que se
termina respaldando al candidato menos malo de quienes alcanzan el cupo a
segunda vuelta.