domingo, 24 de enero de 2016

El Deporte, Fuente para la Paz y la Reconciliación



Julio E. Higuera
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Especializado en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario

El deporte tiene un lenguaje universal y es el mejor ejemplo de inclusión social, democracia, tolerancia, juego limpio, solidaridad, fraternidad, aporta a la salud y al empleo. Es uno de los principales elementos que hacen parte del conjunto de valores materiales que conforman la cultura de una sociedad. Por su carácter masivo en su práctica y gracias a su alta capacidad de penetración, históricamente ha sido utilizado como instrumento político, herramienta ideológica y sobretodo como eficaz vehículo de unidad nacional.

Nelson Mandela, Militante activo en la lucha contra el apartheid, dio una lección de tolerancia y perdón a la humanidad,  al utilizar el rugby para ganar su batalla pacífica en la que, lejos de oprimir al antiguo enemigo blanco, le tendió la mano para construir juntos una nueva nación dando ejemplo de unidad en medio de la diferencia.

El representante del Comité Olímpico Internacional (COI), Mario Pescante  manifestaba que el deporte y la Paz es un binomio capaz de remover obstáculos políticos a través del dialogo que se crea entre los países y los atletas. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, indicaba que pese a que el deporte no puede resolver guerras o conflictos, se convierte en un denominador común que puede romper fronteras y barreras, porque lo bueno del deporte es que todos podemos ser parte de él, sin tener en cuenta ideologías políticas, étnicas o religiosas.

Ante la posibilidad de que las negociaciones que se vienen desarrollando en la Habana, entre el gobierno Colombiano y la guerrilla de las FARC, se concreten con la firma de un acuerdo de paz que ponga fin del conflicto armado en Colombia, el deporte tiene mucho que ofrecer al proceso posconflicto. Es en este escenario, en donde todos los sectores del país deben contemplar su participación desde la perspectiva del deporte, indicando proyectos y programas, con el concurso de los beneficiarios, que contengan estrategias de capacitación, formación integral, promoción, pedagogía, creación de escuelas deportivas y mejora de escenarios y espacios deportivos, en el marco de una Cultura de Paz, Derechos Humanos y Convivencia Ciudadana
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Entre los factores a tener en cuenta en el diseño de los programas de promoción y formación deportiva para la paz y la reconciliación, están las características sociodemográficas de la zona de concentración de los guerrilleros; los hábitos deportivos de la población, así como de los desmovilizados, para definir las disciplinas en las que se formarían y el diseño de un Plan de Dinamización Deportiva Integral, como parte de la reparación a las víctimas del conflicto.

El deporte es una herramienta para resolver conflictos y conseguir la paz, ya que promueve la integración social, así como fomenta la tolerancia, los valores y ayuda a reducir tensiones. Trae aspectos positivos para el desarrollo de las personas y de la comunidad, recrea, genera disciplina y competitividad, sentido de equipo, solidaridad y tolerancia; transmitiendo mensajes en favor de la paz, la reconciliación y el respeto a los derechos humanos.

jueves, 14 de enero de 2016

¡Cuando hay Voluntad y Compromiso, Todo es Posible!



Julio E. Higuera
Politólogo
La decisión del Gobierno Santos de ponerle el acelerador a los diálogos de la Habana, para que el 23 de marzo del presente año se firme el Acuerdo que ponga fin a más de 50 años de conflicto armado, con las guerrilla de las Farc, es posible si existe la voluntad expresa de las partes para sacar adelante el último punto de la agenda en los próximos 70 días, que tiene que ver con cese bilateral de fuego, dejación de armas, desmovilización, implementación de los acuerdos y refrendación de los Acuerdos. Temas en los que ya venía trabajando una subcomisión integrada por representantes de ambas partes.

Los Jefes de la Comisión Negociadora, tanto de las Farc, Iván Márquez como del Gobierno Nacional, Humberto de la Calle Lombana, han manifestado en diferentes escenarios el compromiso inaplazable con la paz y la firma de un acuerdo definitivo, dando pasos importantes en ese propósito.

La tregua unilateral, la decisión de no reclutar menores de edad para sus filas, el reconocimiento de las víctimas del conflicto y la petición de perdón que hicieron a los familiares de los muertos en la masacre de Bojayá en 2002, son actuaciones de las Farc que dejan de manifiesto su total compromiso con el Proceso. Así mismo la decisión del gobierno de suspender los bombardeos aéreos a campamentos de las Farc,  el indulto a 30 guerrilleros, como un gesto de paz y construcción de confianza entre las partes; la decisión de convocar a sesiones extras al Congreso de la República para tramitar una reforma a la Ley de Orden Público, que le permita al Presidente  garantizar la concentración de las unidades guerrilleras en los sitios que se acuerden previamente en la Habana, son señales inequívocas que los diálogos van por buen camino,  por lo cual no se entiende la insistencia de voceros de las Farc en manifestar que es iluso pensar en la firma del acuerdo final el 23 de marzo insinuando que los diálogos se pueden extender más allá del mes de marzo, en clara respuesta a la solicitud del Presidente Juan Manuel Santos para que en esta nueva ronda de conversaciones se trabaje de manera ininterrumpida hasta agotar la agenda acordada.

Las delegaciones, tanto del gobierno como de las Farc, no pueden ser inferiores a la expectativa que a nivel nacional e internacional ha generado la proximidad de la firma de un acuerdo y el fin del conflicto en Colombia. El reconocimiento del Papa Francisco a los esfuerzos de Colombia para alcanzar la Paz, como una ilusión frente a los nuevos desafíos y tensiones que la humanidad viene afrontando y el último discurso del Presidente Obama sobre el Estado de la Unión ante el Congreso de los Estados Unidos, en el que destaco que la firma de un acuerdo final de paz en Colombia fortalece el Orden Internacional; son claros mensaje de apoyo a estos diálogos, los cuales serían refrendados durante sus próximas visitas a nuestro país, haciendo que la paz sea un proceso irreversible y que su firma se deba concretar durante el primer semestre del 2016, a más tardar.

Es hora que la Política de Paz, como un propósito nacional, salga del escenario de la Habana y pase al debate ciudadano, para que en un proceso participativo la población conozca el contenido de los acuerdos y con nuestro voto refrendemos este gran acuerdo de Reconciliación y Convivencia Pacífica.