sábado, 7 de noviembre de 2015

“Si Queremos La Paz, Seamos Parte de los Diálogos”


Julio E. Higuera
Politólogo. 
Especializado en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario 

El documento que a continuación presento, “Si queremos la Paz, Seamos parte de los Diálogos”, es una propuesta dirigida a propiciar escenarios para la participación ciudadana en la construcción de una Cultura de Paz, Dialogo, Convivencia y Reconciliación en el Valle del Cauca. 

Es preciso entender que con la sola firma de unos acuerdos de paz con las guerrillas, no se resuelve el problema de violencia y solución de las demandas sociales que afectan a la población. Es un proceso que hay que pensarlo a largo plazo, formulando políticas y estrategias que de manera progresiva vaya abriendo espacios hacia una cultura de paz, de respeto a los derechos humanos y de desarrollo social, en las que se puedan construir espacios de diálogo con las comunidad y sus organizaciones sociales, creando un entorno económico, político y social, que le garantice a la población la reconciliación y el disfrute de sus derechos. 

La construcción de una cultura de paz, genera conciencia colectiva en la sociedad con tanta fuerza que no da lugar a la violencia, hace referencia a una serie de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, a las personas y a su dignidad, ponen en primer plano el respeto a los derechos humanos, el rechazo a la violencia en todas sus formas, promoviendo la práctica de la no violencia a través del diálogo. Además, previene los conflictos, atacando sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos en conflicto, en el marco del respeto de los derechos humanos, al cambio de mentalidad individual y colectiva, generando cambios en el comportamiento de los ciudadanos frente a la guerra y la paz, propiciando procesos de reflexión sobre cómo se puede incidir en la construcción de la cultura de paz, desde la familia, los colegios y el entorno social en el que convivimos. 

Construir ciudadanía en este contexto es favorecer la participación activa de la gente en la edificación y transformación de la sociedad en la que viven conforme a sus propias necesidades e intereses. En este propósito se debe buscar que el Plan de Desarrollo Departamental y los Planes Municipales, tengan como base el tipo de sociedad que queremos construir, y no solo el tipo de obras que vamos a desarrollar, en el que se refleje una ciudadanía responsables, con sentido de pertenencia, tolerante, capaz de concertar y cumplir acuerdos, y sobre todo que respete la ley y cumpla las normas de convivencia para hacer del Valle del Cauca un departamento en paz, con democracia y equidad social. 

En ese contexto debemos hacer que cada ciudadano entienda que la reconciliación y la convivencia pacífica es posible, si entendemos que el conflicto armado y la violencia generalizada es un fenómeno que nos afecta a todos por igual, y seamos parte de la solución, rompiendo con la indiferencia frente al sufrimiento de miles de colombianos inocentes que involuntariamente se vieron involucrados en el mismo por estar en zonas escenarios de la confrontación armada, generando víctimas inocentes, desplazamiento forzados y por ende mayor pobreza y crisis social humanitaria. 

Un política de sensibilidad social, debe hacer entender al ciudadano que “Si queremos la Paz, debemos ser parte del Dialogo”, generando conciencia de que la única vía hacia la paz es la búsqueda del dialogo rechazando la violencia como forma de dirimir las diferencias que pueden existir entre las personas, el estado y la sociedad, es decir pensar la paz y la reconciliación desde lo cotidiano, desde la comunidad, desde la integración, desde la inclusión social. Es promover un proceso de la sociedad civil, con representantes de los sectores más diversos de la sociedad como la Iglesia, el sindicalismo, el Gobierno Departamental y municipales, así como de los gremios económicos y empresariales de la región, para así promover el dialogo desde un enfoque social y político, para alcanzar la paz. 

Es importante entender que la etapa de Postconflicto, exige de los gobiernos a nivel nacional, regional y local; generar alternativas que le proporcione oportunidades laborales a los reinsertados como parte fundamental del postconflicto, con el concurso y compromiso del conjunto de la sociedad vallecaucana. De ahí la importancia de la generación de escenarios de inclusión ciudadana, que los sensibilice sobre la importancia y beneficio de alcanzar el logro de la paz y el fin del conflicto y la violencia, a través del dialogo y la reconciliación. 

Este escenario, nos permite hacer frente a las campañas desinformadoras, sobre lo que se viene negociando en la Habana, propiciando espacios de reflexión para que los ciudadanos entiendan el conflicto no como una lucha de poderes o ideologías, sino como una problemática social que no permite el desarrollo y bienestar de la población, no garantiza la seguridad y tranquilidad ciudadana; asumiendo nuestra obligación en la realización del derecho a la paz, de manera organizada, promoviendo diálogos que incluyan a todos los actores y sectores sociales, alrededor de la construcción de la paz basada en el respeto y disfrute de los derechos humanos, la justicia, la vida digna, la equidad, la democracia y en la búsqueda de solución negociada al conflicto armado. 

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Para la Gobernadora Dilian Francisca Toro, los avances positivos en materia de la búsqueda de la paz, es la oportunidad para desarrollar programas y agendas, adaptadas a las necesidades de la región, en función de la nueva realidad de desactivación del conflicto, reincorporación de los actores armados y relanzamiento del modelo de desarrollo en el departamento. En esa perspectiva promoverá la implementación de la Cátedra de Paz[1] con el propósito de gestar acciones pedagógicas conducentes a la construcción de una cultura de paz, como un elemento fundamental en el Departamento, que ha sido escenario del conflicto armado, y requiere la humanización del post-conflicto, así como la reconciliación, reparación y recuperación de valores y principios, de memoria histórica que permita que los hechos ocurridos en los últimos 50 años no se olviden[2]

Trabajará, conjuntamente con el Gobierno Nacional, para la implementación de acciones de atención a las víctimas del conflicto, como es el acceso a la educación, acompañamiento psicosocial, tanto individual, familiar, y grupal. Desarrollará procesos formativos para las víctimas del conflicto armado para potenciar el enganche laboral en el marco de las rutas de empleo y autoempleo para la reparación integral. Gestionará con la Nación y los municipios la entrega de soluciones de vivienda urbana, a hogares que fueron víctimas de desplazamiento forzado[3]

La pertinencia de estas iniciativas, como la implementación de procesos educativos para formación en ciudadanía para la paz, el desarrollo de capacidades para la promoción de diálogos diversos y habilidades para la mediación y resolución de conflictos en organizaciones sociales y comunidades, la construcción de memoria histórica, que visibilicen a las víctimas del conflicto armado y sensibilicen sobre el derecho a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición; así como de procesos participativos para el desarrollo de diálogos desde propuestas como la mesa departamental de paz, que concreten experiencias de diálogo diverso entre los diferentes sectores de la sociedad alrededor de iniciativas de construcción de paz duradera y sostenible, radica en la necesidad que tiene el departamento de consolidar una ciudadanía activa, participativa, deliberativa y que tenga en el centro de las preocupaciones la búsqueda de la paz, no sólo en el contexto nacional, marcado por un prolongado conflicto armado; sino también en los entornos más próximos como son los núcleos familiares y de la comunidad, donde la intolerancia y la negación del otro se viene imponiendo como práctica recurrente. 



[1] Programa de Gobierno, 2016 – 2019. Educación con Calidad, Pertinencia y Permanencia. Pag. 23 
[2] Programa de Gobierno, 2016 – 2019. Cultura para la Convivencia Pacífica. Pag. 43 
[3] Programa de Gobierno, 2016 – 2019. Víctimas del Conflicto Armado. Pag. 53 




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