Julio E.
Higuera®
Director Ejecutivo
Corporación
Concertemos
Considerar que los niveles
de inseguridad, en la ciudad, se reducen con el simple hecho que el Alcalde
Rodrigo Guerrero renuncie a un reconocimiento que le otorga un organismo
internacional, es caer en el simplismo de querer capitalizar una coyuntura
social, para generar un hecho político.
El tema de la seguridad en
la ciudad de Cali, debe asumirse como un asunto que compromete a la
administración municipal y los organismos de seguridad en primer lugar, pero
que también requiere de la participación y compromiso ciudadano para afrontar ese
flagelo que ha dejado un alto número de víctimas.
En este sentido, el Dialogo
Social, es el espacio propicio para que las autoridades municipales, conjuntamente
con la ciudadanía de los sectores afectados por las acciones de los grupos
criminales, evalúen las variaciones en
los crímenes, en espacio y tiempo, y con la información que se recopile y acompañada
de las iniciativas ciudadanas, la administración municipal y las autoridades de
policía puedan tomar decisiones, para prevenir e intervenir la delincuencia y
la violencia en la ciudad, ejecutar acciones que sean más coherentes con lo que
está pasando en el marco de la protección y respeto a los derechos humanos.
Se trata de promover
un espacio de Diálogo en el cual se puedan abordar temas que tenga como eje
central el diseño de políticas para la prevención, desde el estado y la
ciudadanía, de la violencia y en la que se puedan trabajar en torno a tres
objetivos: El diseño estratégico participativo de las políticas en materia de
seguridad ciudadana y su articulación con la ciudadanía; definir políticas
de inclusión social en materia de educación, salud, la vivienda, generación de
empleo, recreación, deporte, hábitat, cultura y el medio ambiente, en el marco
de una política de promoción a la igualdad y libertad; y la
participación ciudadana mediante el diseño de políticas de alianzas público-privadas,
que promuevan una cultura democrática, de paz, convivencia reconciliación y
perdón, donde para los seres humanos, sus derechos y deberes sean lo primero.
La
intolerancia y las diversas manifestaciones de violencia en la ciudad de Cali, afectan
el normal desarrollo de la sociedad, desmejora las condiciones de vida de la
población, especialmente de los niños, las niñas y las mujeres y erosionan el desarrollo
económico y social. Hacer del diálogo social el mecanismo por excelencia para
construir y compartir valores colectivamente, para que la participación
ciudadana se convierta en el fundamento de la representatividad legítima de la
sociedad en su conjunto y sea el eje de una verdadera cultura paz, y de respeto
al derecho a la vida.
® Profesional en
Estudios Políticos y Resolución de Conflictos. Especialista en Cultura de Paz y
DIH
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