Julio E. Higuera
Politólogo – Universidad del Valle
Los
Partidos y Movimientos Políticos, han iniciado el proceso de selección de los candidatos y/o precandidatos a la alcaldía
de Cali, así como ciudadanos, hombres y mujeres, que optan por inscribirse con
firmas.
Hasta
la fecha hay 25 aspirantes que han anunciado su intención de poner a
consideración su nombre para ocupar el primer cargo de la ciudad. Los partidos
que hacen parte de la unidad nacional avanzan en la búsqueda de acuerdos que
les permita presentarse con candidatos únicos en las elecciones regionales. Pero
en las asambleas de los Partidos de la U y Liberal, se oficializaron las
precandidaturas de miembros de esas colectividades políticas, 4 en el partido
liberal y 3 en la U, mientras tanto los
demás partidos empiezan a mover los nombres de quienes consideran serian sus
candidatos; el Partido Conservador y Cambio Radical cuentan cada uno con 1
candidato, mientras que sectores de los Verdes y Progresistas han inscrito 2
aspirantes.
En
el Polo Democrático Alternativo hay 2 precandidatos y cerca de 10 aspirantes
que aun no cuentan con el aval de partido alguno, o aspiran inscribirse por
firmas. Aun falta que el Centro Democrático decida si presenta candidatos
propios o se inclinan por brindarle el respaldo al candidato que sea más afín
al uribismo, y que el Partido de la U defina, oficialmente, si le otorga el
aval al Ex vicepresidente Angelino Garzón, quien cuenta con los más altos
índices de imagen favorable y preferencias electorales para la Alcaldía de Cali.
El
interés de las diferentes fuerzas por ganar mayores espacios en el poder local,
hace que la construcción de acuerdos no sea una tarea fácil, especialmente para
los partidos que hacen parte de la coalición de gobierno. Las asambleas de los liberales y la U,
realizada en días pasados, dejaron vislumbrar que no existe, aún, acuerdos para
que haya candidato de uno u otro partido para la alcaldía de Cali, mientras que
Cambio Radical ha manifestado interés en tener candidato propio para ese cargo,
lo que hace más compleja la tarea de alcanzar el consenso entre esas fuerzas políticas.
La decisión
del Partido Liberal de acompañar a la Unidad Nacional hasta el 7 de agosto del
2018 y presentarse con candidato propio a las próximas elecciones
presidenciales, el distanciamiento de dirigentes del Partido de la U con el
Vicepresidente German Vargas Lleras, a quien no ven con buenos ojos como el
próximo candidato presidencial, hace que desde ahora las diferentes fuerzas
busquen su recomposición en el escenario regional, con miras a las elecciones
para Congreso y Presidencia del 2018, en donde el poder local va a ser
determinante, en la elección del nuevo Congreso de la República y del nuevo Presidente de los Colombianos.
Este
panorama, en el que se llevara a cabo
este proceso electoral, está cruzado por un país fragmentado entre los sectores
que le apuestan y apoyan los diálogos de la Habana y aquellos que ven con
desconfianza este proceso de paz; polarización
que tendrá incidencia ante la eventual firma de los acuerdos de paz, que
culminaría con una etapa de posconflicto,
proceso que debe ser asumido por los nuevos mandatarios locales,
especialmente en Cali, una de las ciudades más afectadas por el conflicto
armado y el desplazamiento forzado.
Frente
a un escenario tan complejo y lleno de desconfianzas, y como un paso importante
en la construcción de una cultura de dialogo y convivencia en medio de la
diferencia, seria trascendental que los partidos políticos, así como los
aspirantes a la alcaldía de Cali, construyeran un acuerdo que permitiera
convocar a una consulta interpartidista, en la que asuman el compromiso de
acudir al ciudadano, para que en un proceso democrático abierto, expresen que aspirante, de los que se sometan
a esa consulta, interpreta y representa las expectativas de la población en
materia de política social, equidad, reconciliación y paz.
La
importancia de una consulta, es que el ciudadano es participe en el proceso de
selección del candidato que representara a los sectores comprometidos con ese ejercicio
democrático; además los resultado serian aceptados y respetados por las
colectividades y precandidatos convocantes. Es un avance en la democratización
de las estructuras políticas partidistas, rompiendo con esquemas burocráticos
en la designación de los candidatos y en las decisiones que se adoptan.
Este
panorama es el mejor escenario para enviar, desde Cali, un mensaje de unidad en
la diferencia, en torno a propósitos democráticos y altamente humanistas, como
son la paz y reconciliación, haciendo de
nuestra ciudad un ejemplo de pluralismo político y social, de fortalecimiento
de la democracia participativa y de convivencia ciudadana.
¿Sera que nuestra clase
política y los partidos, harían posible que este propósito sea una
oportunidad para tener una Cali prospera, unidad en torno al bienestar de sus
habitantes?
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