Julio
E. Higuera
Profesional en Estudios Políticos
y Resolución de Conflictos
Especializado en Cultura de Paz y
Derecho Internacional Humanitario
El
deporte tiene un lenguaje universal y es el mejor ejemplo de inclusión social,
democracia, tolerancia, juego limpio, solidaridad, fraternidad, aporta a la
salud y al empleo. Es uno de los principales elementos que hacen parte del
conjunto de valores materiales que conforman la cultura de una sociedad. Por su
carácter masivo en su práctica y gracias a su alta capacidad de penetración, históricamente
ha sido utilizado como instrumento político, herramienta ideológica y sobretodo
como eficaz vehículo de unidad nacional.
Nelson Mandela, Militante
activo en la lucha contra el apartheid,
dio una lección de tolerancia y perdón a la humanidad,
al utilizar el rugby para ganar su batalla
pacífica en la que, lejos de oprimir al antiguo enemigo blanco,
le tendió la mano para construir juntos una nueva nación dando ejemplo de unidad
en medio de la diferencia.
El
representante del Comité Olímpico Internacional (COI), Mario Pescante manifestaba que el deporte y la Paz es un
binomio capaz de remover obstáculos políticos a través del dialogo que se crea
entre los países y los atletas. El
Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, indicaba que pese a que el
deporte no puede resolver guerras o conflictos, se convierte en un denominador común
que puede romper fronteras y barreras, porque lo bueno del deporte es que todos
podemos ser parte de él, sin tener en cuenta ideologías políticas, étnicas o religiosas.
Ante
la posibilidad de que las negociaciones que se vienen desarrollando en la Habana,
entre el gobierno
Colombiano y la guerrilla
de las FARC, se concreten con la firma de un acuerdo de paz
que ponga fin del conflicto
armado en Colombia, el deporte tiene mucho que ofrecer al
proceso posconflicto. Es en este escenario, en donde todos los sectores del
país deben contemplar su participación desde la perspectiva del deporte, indicando
proyectos y programas, con el concurso de los beneficiarios, que contengan
estrategias de capacitación, formación integral, promoción, pedagogía, creación
de escuelas deportivas y mejora de escenarios y espacios deportivos, en el
marco de una Cultura de Paz, Derechos Humanos y Convivencia Ciudadana
.
Entre
los factores a tener en cuenta en el diseño de los programas de promoción y
formación deportiva para la paz y la reconciliación, están las características sociodemográficas
de la zona de concentración de los guerrilleros; los hábitos deportivos de la población, así como
de los desmovilizados, para definir las disciplinas en las que se formarían y
el diseño de un Plan de Dinamización Deportiva Integral, como parte de la
reparación a las víctimas del conflicto.
El
deporte es una herramienta para resolver conflictos y conseguir la paz, ya que
promueve la integración social, así como fomenta la tolerancia, los valores y
ayuda a reducir tensiones. Trae aspectos positivos para el desarrollo de las
personas y de la comunidad, recrea, genera disciplina y competitividad, sentido
de equipo, solidaridad y tolerancia; transmitiendo mensajes en favor de la paz,
la reconciliación y el respeto a los derechos humanos.
Un buen texto, gran aporte positivo para lo que se nos aproxima, el posconflicto.
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