Julio
E. Higuera
Politólogo
La
decisión del Gobierno Santos de ponerle el acelerador a los diálogos de la
Habana, para que el 23 de marzo del presente año se firme el Acuerdo que ponga
fin a más de 50 años de conflicto armado, con las guerrilla de las Farc, es posible si existe la voluntad expresa de las partes para sacar
adelante el último punto de la agenda en los próximos 70 días, que tiene que
ver con cese bilateral de fuego, dejación de armas, desmovilización,
implementación de los acuerdos y refrendación de los Acuerdos. Temas en los que
ya venía trabajando una subcomisión integrada por representantes de ambas
partes.
Los
Jefes de la Comisión Negociadora, tanto de las Farc, Iván Márquez como del
Gobierno Nacional, Humberto de la Calle Lombana, han manifestado en diferentes
escenarios el compromiso inaplazable con la paz y la firma de un acuerdo
definitivo, dando pasos importantes en ese propósito.
La
tregua unilateral, la decisión de no reclutar menores de edad para sus filas, el
reconocimiento de las víctimas del conflicto y la petición de perdón que
hicieron a los familiares de los muertos en la masacre de Bojayá en 2002, son
actuaciones de las Farc que dejan de manifiesto su total compromiso con el
Proceso. Así mismo la decisión del gobierno de suspender los bombardeos aéreos
a campamentos de las Farc, el indulto a
30 guerrilleros, como un gesto de paz y construcción de confianza entre las
partes; la decisión de convocar a sesiones extras al Congreso de la República
para tramitar una reforma a la Ley de Orden Público, que le permita al
Presidente garantizar la concentración
de las unidades guerrilleras en los sitios que se acuerden previamente en la
Habana, son señales inequívocas que los diálogos van por buen camino, por lo cual no se entiende la insistencia de voceros de las Farc en manifestar que es iluso pensar en la firma del acuerdo final el 23 de marzo insinuando que los diálogos se pueden extender más allá del mes de
marzo, en clara respuesta a la solicitud del Presidente Juan Manuel Santos para
que en esta nueva ronda de conversaciones se trabaje de manera ininterrumpida
hasta agotar la agenda acordada.
Las
delegaciones, tanto del gobierno como de las Farc, no pueden ser inferiores a
la expectativa que a nivel nacional e internacional ha generado la proximidad
de la firma de un acuerdo y el fin del conflicto en Colombia. El reconocimiento
del Papa Francisco a los esfuerzos de Colombia para alcanzar la Paz, como una
ilusión frente a los nuevos desafíos y tensiones que la humanidad viene
afrontando y el último discurso del Presidente Obama sobre el Estado de la
Unión ante el Congreso de los Estados Unidos, en el que destaco que la firma de
un acuerdo final de paz en Colombia fortalece el Orden Internacional; son claros
mensaje de apoyo a estos diálogos, los cuales serían refrendados durante sus
próximas visitas a nuestro país, haciendo que la paz sea un proceso
irreversible y que su firma se deba concretar durante el primer semestre del
2016, a más tardar.
Es
hora que la Política de Paz, como un propósito nacional, salga del escenario de
la Habana y pase al debate ciudadano, para que en un proceso participativo la
población conozca el contenido de los acuerdos y con nuestro voto refrendemos
este gran acuerdo de Reconciliación y Convivencia Pacífica.
si es cierto ya es hora que se conozcan los acuerdos de la habana para saber que es lo que se va aprobar.
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