Julio E. Higuera
Director
Ejecutivo
Corporación Concertemos
Por
invitación del Centro Weitz Center de Israel y la ONU Habitat, participe, en el
año 2010, en el Seminario Internacional
sobre Estrategias de Desarrollo y Reducción de la Pobreza, en las que un
componente importante estaba relacionado con las innovaciones tecnológicas para
solucionar el problema del suministro del agua a la población y para la
producción agrícola.
Israel
se ubica en el Mar Mediterráneo. Más de la mitad del país se caracteriza
por climas áridos y semiáridos. Su zona norte ofrece un clima húmedo, con una
cantidad limitada de recursos de agua dulce en su superficie y dicho suministro
de agua no alcanza a sostener las necesidades de todo el país. Por otro lado,
la escasez de agua se ha intensificado debido al crecimiento demográfico y el
cambio climático en los últimos años. Es así como los niños crecen con el
mensaje de que “cada gota cuenta”. Con esta filosofía este país ha tensado un
bien escaso hasta extremos insospechados. No resulta nada fácil abastecer de
agua un país que, aunque pequeño, con cerca de siete millones de habitantes, la
mitad del territorio es desértico. Su agua siempre ha sido escasa y de mala
calidad. Las lluvias son escasas y el mar de Galilea fuente de suministro del
preciado líquido se agota. Pese esas dificultades, han sabido dar soluciones a
muchos de sus problemas
La
gestión del agua, distribución, reutilización y los problemas relacionados con
la escasez, se convirtieron en prácticas bien desarrolladas y un punto focal
para el desarrollo de numerosas nuevas tecnologías. Algunos ejemplos incluyen
innovadores sistemas de riego, tecnologías de ahorro de agua en la agricultura,
el reciclaje de aguas residuales, su desalinización[i] a gran escala, la
protección y gestión de los recursos hídricos, entre otras, hacen que el mercado
del agua de Israel sea reconocido internacionalmente como altamente
desarrollado, habiéndose beneficiado de muchos años de experiencia en la
gestión de sus escasos recursos hídricos. Por otro lado, la industria nacional
es ampliamente considerada como un nexo de experiencia de clase mundial en el
campo del agua, convirtiéndose en un excelente mercado permitiendo la
exportación de tecnologías a otros países.
Es impresionante observar como en Israel mediante el
sistema de riego por goteo, convierten la tierra más árida en un
campo de cultivo, tecnologías que son
desarrolladas como una necesidad de sobrevivencia, como lo manifestada un líder
de un Kibutz[ii] en el desierto de Negev, en donde han
desarrollado estos sistemas de irrigación por goteo, basado en un principio
aparentemente sencillo: regar la planta y no el suelo, mediante tubos de
plástico que se instalan a lo largo de los cultivos. Con este sistema se evita
hasta el 20% de evaporación de agua y se ahorra hasta el 80%, frente al 40% con
los sistemas de riego tradicionales.
Israel es un ejemplo de como una necesidad no solo se
convierte en un alternativa para el atender la demanda de una población que está
en constante crecimiento, sino una fuente de generación de ingresos con grandes
perspectivas económicas a futuro.
A diferencia de Israel, nuestro país es rico en
recursos naturales, puesto que la mayor riqueza hídrica está ubicada en las
regiones de la Amazonia, Orinoquia y el Pacifico; mientras que grandes ciudades
como Bogotá y Medellín se surte del agua que suministra las cuencas de los rios
Cauca y Magdalena.
En Colombia como en Israel, esta crisis debe ser la
oportunidad para que dejemos de lado la
negligencia gubernamental, la falta de conciencia y sensibilidad de la
población en el manejo y protección responsable de los recursos naturales,
fuente de suministro de recursos tan necesarios como el agua, indispensables
para la vida y salud de los seres humanos.
Que buena alternativa para darla a conocer a los gobernantes para poderla desarrollar en Colombia especialmente en la Guajira.
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