Julio E. Higuera
Politólogo - Univalle
Pese a que el proceso de empalme contribuye a la rendición de cuentas entre los gobiernos entrante y saliente, para la Gobernadora Electa del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, fue un proceso participativo de construcción colectiva que permitió tener un diagnóstico del “estado del arte” sobre la gestión de la administración departamental, la situación técnica, administrativa, jurídica, y financiera, para realizar las acciones y gestiones necesarias, desde ahora, que le permita iniciar su mandato el 1 de enero del 2016, sin tropiezos.
Para quienes trabajamos en las diferentes comisiones de empalme, hablo del caso de la Alta Consejería de Paz y Derechos Humanos, el ejercicio no solo consistió en la recopilación de la información que cada dependencia, del gobierno saliente, entrego a las comisiones, sino que fue un ejercicio de discusión y formulación de propuestas dirigidas a fortalecer las políticas públicas regionales para recuperar el liderazgo a nivel nacional e internacional del Valle del Cauca; mejorando las condiciones y calidad de vida de la población, y trabajar por un departamento mas incluyente.
La sesiones, en las que las comisiones hicieron entrega del informe del proceso de empalme, más que un formalismo, fue un espacio de análisis de los aspectos críticos de la dependencia y que a consideración de la Comisión, recomienda solucionarse en los primeros 100 días de la gestión; para de esa manera entregar resultados que reflejen el compromiso del gobierno departamental de atender y solucionar esas necesidades en el corto plazo.
Llama la atención el equipo interdisciplinario Asesor, que acompaño a la Gobernadora, integrado por personas de las más altas calidades profesionales, conocedores de los temas que se exponían; pero igualmente observamos a una Mandataria Regional sintonizada con lo formulado por la comisión, y que no ha esperado a estar posesionada para emprender importantes gestiones, ante el alto gobierno y otras instancias institucionales, que le permita llegar con acuerdos para resolver algunas de las prioridades que se le planteaban.
En el caso especifico de las políticas en materia de paz y derechos humanos, manifestó todo el compromiso de trabajar, conjuntamente con el Gobierno Nacional, para la implementación de acciones que permitan fortalecer los programas en esta materia, especialmente de atención a las víctimas del conflicto, el desarrollo de procesos formativos para los desmovilizados, para potenciar el enganche laboral en el marco de las rutas de empleo y autoempleo y la implementación de la Cátedra de Paz con el propósito de gestar acciones pedagógicas conducentes a la construcción de una cultura de paz y reconciliación, como elemento fundamental en el Departamento.
En síntesis para la Gobernadora Dilian Francisca Toro, los avances positivos en materia de la búsqueda de la paz, es la oportunidad para desarrollar programas y agendas, adaptadas a las necesidades de la región, en función de la nueva realidad de desactivación del conflicto, reincorporación de los actores armados y relanzamiento de un modelo de desarrollo, que haga del Valle del Cauca, una región líder en la construcción de escenarios para el postconflicto.